La penalización del aborto, lejos de reducir su número, empuja a las mujeres que no desean su embarazo a realizarse abortos en pésimas condiciones de higiene, con personal no capacitado, o incluso ellas mismas con peligrosos métodos caseros, provocándose infecciones, mutilaciones y numerosas muertes. Martha Rosenberg, miembro de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito, dialogó con Puente Uno sobre el tema.