Cumbre Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y en Defensa de la Vida


De izquierda a derecha: Pablo Bergel, Blanca, Mariano Sánchez Toranzo y Eduardo.

Escuchamos las voces de Rafael Correa, Nicolás Maduro y Evo Morales, quienes participaron en la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y en Defensa de la Vida.

Esto ocurrió entre el 10 y 12 de octubre pasados en Tiquipaya, Cochabamba, Bolivia.

Desde Puente Uno venimos dedicando varios de nuestros programas a estos temas.

El diagnóstico lo estamos padeciendo en forma creciente en todo el planeta: es la crisis climática, de medio ambiente, financiera, alimentaria, energética, cultural, ética.

Y sus causas: el modelo capitalista de producción, distribución y consumo.

¿Pero cómo encarar los cambios necesarios hacia un nuevo modelo civilizatorio que valore la cultura de la vida, en el cual se complementen los derechos de los pueblos y los derechos de la naturaleza?

En esta Cumbre se emitió un importante documento con características de Manifiesto que propone acciones concretas desde los pueblos para una transición en defensa de la vida y para salvar al planeta... o sea, para salvarnos todos.

De estas propuestas nos vamos a ocupar en el programa de hoy.

30° Encuentro Nacional de Mujeres


La antropóloga Valeria Resches junto a Blanca y a Nicolás.

El Encuentro Nacional de Mujeres reunió a más de 65 mil mujeres de todo el país que viajaron a Mar del Plata dispuestas a participar, compartir y debatir sus conocimientos y experiencias acerca de variadas temáticas relacionadas con la mujer.

Desde la organización se programaron más de 65 talleres que abarcaron cuestiones relativas a las mujeres sostenes de familia, a trabajadoras rurales y campesinas, a la participación sindical y partidaria, a la situación de prostitución, a mujeres privadas de su libertad, a la emergencia que debe pronunciarse frente a la creciente violencia que provoca un femicidio cada 26 horas y mucho más.

La conciencia de que existe un sistema político, cultural, social y económico que oprime a la sociedad en su conjunto, pero especialmente a las mujeres, como es el patriarcado, impulsa a numerosos colectivos de mujeres a superar los obstáculos que cada año se imponen para llegar al encuentro.

Naturaleza y Modelo Productivo

Hoy nos visita Miguel Grinberg, escritor, poeta, traductor y periodista argentino de la Generación del '60, especialista en movimientos juveniles, pensamiento prospectivo y ecología social.


El 13 de septiembre último, la Barrick Gold derramaba cianuro en la mina de San Juan.

El 1° de octubre, el diario Página 12 anunciaba que: "un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente concluyó que no se registró contaminación en los ríos de San Juan tras el derrame de solución cianurada en la mina de oro Veladero", y que el análisis de la Secretaría de Ambiente nacional, y el de la la Policía Minera, llegaron a la misma conclusión.

Esa noticia, ¡era falsa!

Ya desde el día anterior, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, con la asistencia técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, aclaraba que ese informe no había sido emitido.

Ayer, el juez que investiga el derrame de cianuro en San Juan, acusó de "contaminación negligente" al jefe de Procesos de la mina Veladero y directivo de Barrick Gold.

Mientras tanto, el gobernador Gioja dice que los críticos de la empresa minera buscan "sembrar terrorismo". Hasta aquí lo hechos.

Estamos en la cuenta regresiva de la campaña electoral y todos de los candidatos coinciden en que hay que invertir para que haya más producción y así aumentará el trabajo, el consumo y la prosperidad.

¿Quién se va a oponer a esto, a la prosperidad?
¿Quién no quiere vivir bien?

Pero ese discurso, que es el dominante, soslaya o ignora las preguntas clave:

¿Inversiones para qué? ¿para aumentar la producción de soja? ¿para seguir produciendo automóviles? ¿para la megaminería?
¿Quiénes se benefician de esas inversiones?
¿Y de cómo se afecta al medio ambiente? Bien, gracias.

Lo ambiental, el problema ecológico, brilla por su ausencia, como si en Argentina no tuviéramos problemas ambientales, cuyos costos pagaremos todos.

Bah... ¡ya los estamos pagando nosotros! ¡y, no las empresas que se benefician del modelo productivo actual; del modo de producción, distribución y consumo capitalista.

Los objetivos económicos deberían estar subordinados a las leyes de funcionamiento de la naturaleza, ¡y no al revés!

Parece una utopía. 
¡La utopía del Siglo XXI!
Una utopía que, gracias a las múltiples resistencias populares frente a este tipo de políticas, se va convirtiendo en nuevas ideas, propuestas; nuevas experiencias alternativas... y desde América Latina la podemos de alcanzar.

La Crisis Civilizatoria



Si echamos una mirada a nuestro planeta, vemos lo poco efectivas que son las políticas trazadas para conseguir un medio ambiente sano y sostenible. 
Bah... Digo.... ¿Existen esas políticas en realidad?
Está bueno saber que cada vez hay más gente comprometida con la ecología.
Pero…¿alcanza con eso?
La marcha del capitalismo mundial implica un proceso de extracción cada vez más grande y veloz de muy diversos recursos y bienes comunes. Y para mantener ese crecimiento permanente necesita del consumismo irracional que nos fomentan desde los medios.

Pero ese crecimiento se produce en el marco de un planeta finito y nos lleva a situaciones límite en su propia lógica de funcionamiento:
- el cambio climático;
- el inminente colapso energético;
- la pérdida constante e irrecuperable de suelo fértil, que hará cada vez más difícil producir alimentos para todos;
- el agua potable cada vez más contaminada en cantidades gigantescas;
- la destrucción de humedales y de los glaciares (por el calentamiento global y la megaminería, entre otros procesos).

Hace ya varios años, Fidel Castro advertía sobre la crisis civilizatoria que estamos viviendo.
Evo Morales también viene denunciando el modo de producción capitalista y reclamando en sus discursos por acciones concretas de respeto a la naturaleza. 

Ahora es el Papa Francisco quien lanza un llamado de alerta ante el cambio climático actual, que ya vemos, tiene consecuencias desastrosas.
Critica con fuerza a lo que denomina "poderes económicos".
Llama a una "conversión ecológica" y a un "cambio radical en el comportamiento de la humanidad".
Pide por un cambio del sistema mundial, que dice, es "insostenible desde diversos puntos de vista".
Y siempre con un estilo de vida más sobrio, simple, solidario, menos acelerado y consumista.

Esta crisis civilizatoria, es la suma de crisis coincidentes (alimentaria, sanitaria, energética, laboral, económica, cultural, ambiental, humanitaria, etc).

Entonces...
¿Qué cambios son los más necesarios?
¿Qué cambios son los más urgentes?
¿Cómo hacemos para modificar el modelo productivo?
¿Cómo hacemos para cambiar las pautas de consumo?
¿Cuáles son las alternativas económicas, políticas, sociales y culturales, para conseguir un cambio profundo que nos permita avanzar hacia destinos más humanos y sustentables?

Quizás un intento de respuesta esté en las propias palabras de Fidel:
“Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países […]. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.