La llamada política de “renovación urbana” que el gobierno del PRO desarrolló en el sur de la Ciudad, se establece a partir de una concepción basada en el aumento del valor del m2.
Es la cultura de la mercantilización por sobre cualquier derecho social.
Ejemplos: el Plan Maestro Comuna 8; o el desalojo de la Villa Rodrigo Bueno para el desarrollo de un complejo habitacional de lujo de la constructora IRSA en la ex Ciudad Deportiva de Boca.
¿Cuál es el resultado?
Que las clases populares que viven en condiciones precarias son desplazadas por sectores de altos ingresos que se acomodan al negocio de la especulación inmobiliaria.
Es el resultado de subordinar el interés público al mercado (léase: a las grandes corporaciones).
Cuarenta años de neoliberalismo nos enseñan que mientras más libre es el mercado más grandes son las desigualdades y mayor el poder de los monopolios.
Y así estamos…
Gente sin techo por las calles y mendigos en los subtes: “no hay nada más desigual que el igual trato entre desiguales”.
Es una carestía en gran medida innecesaria (desempleo, falta de vivienda, etcétera); todo eso en medio de la abundancia.
Nos preguntamos: si la ciudad fue tomada por los intereses del capital y así dejó de pertenecer a la gente; ¿es posible pensar una ciudad diferente? ¿una ciudad en la que no tengamos que depender de una élite muy poderosa que esencialmente la construye con sus propios deseos y el resto tiene que vivir en ella?
Hablamos entonces del Derecho a la Ciudad: es el derecho de todos debatir el tipo de ciudad que queremos.
El derecho a la ciudad no es simplemente el derecho a lo que ya está en la ciudad, sino el derecho a transformar la ciudad en algo radicalmente distinto.
¿Por qué no podemos tener concepción urbana diferente? ¿cómo hacemos para ejercer mejor el derecho a la ciudad?
En las ciudades de Argentina hay diversos movimientos barriales y territoriales que actúan para ejercerlo, como el MTL, el MOI, entre otros.
Como dice David Harvey: "si nuestro mundo urbano ha sido imaginado y luego hecho, puede ser re-imaginado y re-hecho. El inalienable derecho a la ciudad es algo por lo que vale la pena luchar. El aire de la ciudad nos hace libres", solía decirse. Pues bien: "hoy el aire está un poco contaminado; pero puede limpiarse". Este es el tema del día: EL DERECHO A LA CIUDAD.