El tema del día ha sido los Talleres Productivos Precarios en la Ciudad de Buenos Aires y, por ello invitamos a dos protagonistas con gran conocimiento sobre lo que sucede con esta problemática. Ellos son Juan Vázquez, del colectivo Simbiosis Cultural, y María Ayelén Arcos, Lic. en Antropología, becaria del CONICET y especializada en trabajos precarios y tercerizados en talleres.
En Argentina los talleres de indumentaria son en su mayoría de características productivas precarias.
Les dicen talleres clandestinos, aunque muy clandestinos no son, porque ya hace años que vienen siendo identificados y denunciados por diversas organizaciones.
Desde la Fundación Alameda y el Sindicato de Obreros de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA) se calcula que la tercerización en talleres de costura precarios afecta a más del 80% de las marcas de indumentaria.
Actualmente hay 113 marcas sospechadas de subcontratar trabajadores en negro para producir sus prendas.
Hasta hace poco tiempo se tenía la noción de que estos talleres estaban todos en algún remoto rincón de Asia.
¡Pero no! Ya los tenemos acá desde hace rato.
Y los medios se ocupan sólo cuando ocurre alguna desgracia como la muerte de los hermanitos Camacho.
Es indudable que el crecimiento de este tipo de modalidad laboral ha representado un negocio para muchos. Pero, ¿quiénes están detrás del negocio?
Actualmente hay 113 marcas sospechadas de subcontratar trabajadores en negro para producir sus prendas.
Éstas son las que tienen el mayor peso en la cadena productiva y las que imponen las condiciones al resto.
Es evidente que para eso tiene que haber una complicidad con el poder político.
El Gobierno Nacional y el de la Ciudad no son ajenos a la influencia de esta industria.
Así se entiende la vista gorda que se ha hecho tanto desde los organismos de control como desde las fuerzas de seguridad.
Todos se llevan su parte.
En épocas de campaña electoral, los principales candidatos sonríen mientras bailan su danza de los vampiros frente a Tinelli.
¿Es éste el capitalismo humano del Siglo XXI que tanto nos pregonan?
¿O será que es la única forma en que puede funcionar un capitalismo en crisis?
La crisis civilizatoria.
Desde Puente Uno, estamos peleando por la construcción de una alternativa diferente, por la emancipación social, para que otro mundo sea posible.