El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación




Entre la efedrina, "la morsa es Aníbal", las elecciones, la lluvia y los inundados, el 3 de agosto parece haber quedado lejos.
¡Pero, no!
El 3 de agosto fue este mismo lunes y ocurrió un hecho trascendente para el país: entró en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

Muy esperado y menos debatido, el nuevo código incluye avances en materia de derechos.
Incorpora normas anteriormente aprobadas, como el matrimonio igualitario, y otras nuevas, como la voluntad de procrear y el régimen de convivencia.
Pero no todo resulta tan bueno.
Quedaron excluidos temas importantes como el aborto legal, seguro y gratuito, la maternidad subrogada y la incorporación de la garantía del acceso al agua potable.

Analistas de derecha han criticado los cambios, pensando más en la inversión privada extranjera.
En algunos diarios de tirada nacional, se pudo leer a expertos pidiendo "restaurar un sistema legal, estable, conocido y seguro, que se ha sido destruido (...), con leyes que generan caos, limitan la libertad individual e impiden la seguridad mínima que necesitan las inversiones".

Nosotros no pensamos lo mismo, pero tampoco defendemos cada artículo del nuevo código.
¿Qué va a pasar con el acceso al agua potable? ¿y con el acceso a los ríos?
¿Por qué el nuevo Código parece promover la inversión inmobiliaria especulativa?
¿Por qué, a pesar de las constantes críticas del oficialismo a los fondos buitres, el texto permite que se litigue en suelo extranjero?

Hoy, en Puente Uno, vamos a debatir sobre todo esto y pensar qué otros caminos se pueden recorrer para alejarnos de un paradigma todavía liberal.