Naturaleza y Modelo Productivo

Hoy nos visita Miguel Grinberg, escritor, poeta, traductor y periodista argentino de la Generación del '60, especialista en movimientos juveniles, pensamiento prospectivo y ecología social.


El 13 de septiembre último, la Barrick Gold derramaba cianuro en la mina de San Juan.

El 1° de octubre, el diario Página 12 anunciaba que: "un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente concluyó que no se registró contaminación en los ríos de San Juan tras el derrame de solución cianurada en la mina de oro Veladero", y que el análisis de la Secretaría de Ambiente nacional, y el de la la Policía Minera, llegaron a la misma conclusión.

Esa noticia, ¡era falsa!

Ya desde el día anterior, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, con la asistencia técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, aclaraba que ese informe no había sido emitido.

Ayer, el juez que investiga el derrame de cianuro en San Juan, acusó de "contaminación negligente" al jefe de Procesos de la mina Veladero y directivo de Barrick Gold.

Mientras tanto, el gobernador Gioja dice que los críticos de la empresa minera buscan "sembrar terrorismo". Hasta aquí lo hechos.

Estamos en la cuenta regresiva de la campaña electoral y todos de los candidatos coinciden en que hay que invertir para que haya más producción y así aumentará el trabajo, el consumo y la prosperidad.

¿Quién se va a oponer a esto, a la prosperidad?
¿Quién no quiere vivir bien?

Pero ese discurso, que es el dominante, soslaya o ignora las preguntas clave:

¿Inversiones para qué? ¿para aumentar la producción de soja? ¿para seguir produciendo automóviles? ¿para la megaminería?
¿Quiénes se benefician de esas inversiones?
¿Y de cómo se afecta al medio ambiente? Bien, gracias.

Lo ambiental, el problema ecológico, brilla por su ausencia, como si en Argentina no tuviéramos problemas ambientales, cuyos costos pagaremos todos.

Bah... ¡ya los estamos pagando nosotros! ¡y, no las empresas que se benefician del modelo productivo actual; del modo de producción, distribución y consumo capitalista.

Los objetivos económicos deberían estar subordinados a las leyes de funcionamiento de la naturaleza, ¡y no al revés!

Parece una utopía. 
¡La utopía del Siglo XXI!
Una utopía que, gracias a las múltiples resistencias populares frente a este tipo de políticas, se va convirtiendo en nuevas ideas, propuestas; nuevas experiencias alternativas... y desde América Latina la podemos de alcanzar.